La Favorita, de lo mejor al Oscar
- cinefilosrincon
- 31 ene 2019
- 2 Min. de lectura

Es el siglo XVII en la Gran Bretaña, el país se encuentra en guerra contra Francia, y la reina Anne (Olivia Colman) es la última soberana de la Casa de los Estuardo, quien además atraviesa por una etapa de demencia que la imposibilitan de hacer uso de su libre albedrío para dirigir a la nación, por lo que se apoya en su dama de compañía y principal confidente lady Sarah Churchill (Rachell Weisz), Duquesa de Marlborough. Es ella la que se encarga de tomar las decisiones diplomáticas y hacendarias de Inglaterra, para lo cual, constantemente, tiene que confrontar a los miembros del parlamento.
Todo parece estar a favor de Lady Sarah, hasta que Abigail Hill (Emma Stone), una prima aristócrata venida a menos, se presenta en el palacio en busca de empleo, el cual consigue como servidumbre, obligándose a guardar obediencia, inclusive hacia su propia prima. Con el paso del tiempo, Abigail comienza a tejer una estrategia que la haga indispensable a los ojos de la reina Anne, lo cual consigue, provocando una férrea confrontación con Sarah.
Filme dirigido por el griego Yorgos Lanthimos, nos presenta una faceta completamente distinta con respecto a sus otros trabajos, quien se caracteriza por su sátira sobre ciertos convencionalismos sociales, los cuales son tratados de una manera agresiva y sin compasión.
En La Favorita, Lanthimos se apoya en la historia de la Inglaterra de las grandes familias, para plasmarnos su punto de vista acerca del poder y la posición de la mujer a los ojos de la sociedad y en su equivalencia con el hombre en la toma de grandes decisiones, inclusive en el disfrute de su sexualidad.
La filmación se llevo a cabo en locaciones reales, haciendo uso de lujosos palacios que albergaban en su interior mueblería de la época, con una iluminación natural muy bien cuidada, a fin de imprimir el ambiente más cercano al vivido en aquellos tiempos. Sin duda un gran mérito que agradecemos infinitamente.
La historia se va desglosando progresivamente, hasta llegar a un callejón sin salida que somete a los personajes a un destino irreversible, donde no hay un vencedor, sino todo lo contrario. Cada uno termina por convertirse en una víctima de su ambición y falta de tacto para medir sus acciones. Una película que merece llevarse la mayor cantidad de premios.
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