Glass, el equilibrio que no complace
- cinefilosrincon
- 18 ene 2019
- 2 Min. de lectura

Años después de que Elijah Price (Samuel L. Jackson) fuera detenido y recluido en un hospital psiquiátrico, una maniobra policíaca provoca que se le unan David Dunn (Bruce Willis) y Kevin Wendell Crumb (James McAvoy), dos antagonistas personajes con súper poderes, que también serán parte de un proceso de curación propiciado por la doctora Ellie Staple (Sarah Paulson), quien pretende demostrar que su “peculiar” personalidad, forma parte del efecto que generan los cómics en las personas, y no de algo natural; único en cierto tipo de individuos.
M. Night Shyamalan pretende dar continuidad y fin a lo que inició en el 2000, con una idea que cobró notoriedad a partir de la aparición en cine del género de superhéroes, establecida por Marvel y DC comics -empresas que, hasta nuestros días, siguen atrayendo la atención de sus seguidores-, y lo hace a través de un filme que pronosticaba una hecatombe motivado por la confrontación de sus protagonistas, pero sucede todo lo contrario. Shyamalan le da un tratamiento psicológico que únicamente beneficia a McAvoy con su multiplicidad de personajes, sobre todo la de Hedwig, que provoca, repetidamente, la hilaridad del espectador.
Aunque en un principio, la idea de Shyamalan con Unbreakable no despertó mayor aspaviento entre el público, sí lo hizo con Split, cuando intento manejar la idea de que un ser súper dotado puede ser cualquier persona común y corriente, y no precisamente provenir del espacio exterior. Hasta ahí todo iba bien. Luego decidió que ambas historias podían fusionarse en una nueva cinta, la cual no sólo podría contener la confrontación de fuerzas, sino también una explicación lógica o una búsqueda del equilibrio, algo que, a final de cuentas, no nos deja del todo satisfechos, al grado de parecernos que fue insertado con calzador.
Shyamalan desaprovecha las circunstancias que le llevaron a construir las dos primeras historias, así como la inclusión de varios personajes secundarios que bien pudieron dar un nuevo enfoque o, al menos, enriquecer la trama central, pero sucede todo lo contrario, los mantiene como testigos de los acontecimientos sin brindarles una mayor participación en el filme.
Desearíamos abundar más en los motivos que llevaron al director para manejar la secuela de la manera en como lo hizo, pero sinceramente, pensamos que pudo haberle dado otro tratamiento y no brindarle un enfoque de confabulación, ya ustedes sabrán porque.
Lo bueno: La intención de Shyamalan de crear una antítesis del clásico superhéroe.
Lo malo: La manera en como pretende obtener el equilibrio en la sociedad.
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