Vox Lux, para alguien a quien le interese
- cinefilosrincon
- 10 ene 2019
- 2 Min. de lectura

Después de sobrevivir a los trágicos acontecimientos de 1999, en Columbine, Colorado, las hermanas Celeste y Eleanor Montgomery alcanzan la fama luego de componer una canción. Años después, tras un escándalo que las apartó del éxito, Celeste (Natalie Portman) regresa para retomar su carrera, cueste lo que cueste.
Del director Brady Corbet, nos llega esta cinta norteamericana cuya principal intencionalidad es deshebrar los principales aspectos que conforman a las estrellas juveniles de nuestros tiempos, y lo hace exponiendo los terribles actos terroristas que marcaron para siempre el estilo de vida de las personas afectadas y a la opinión mundial.
Durante 110 minutos, a manera de falso documental, nos encontramos con un narrador (Williem Dafoe) que nos va poniendo al tanto de los principales momentos que dieron forma al estrellato de Celeste, una chica sencilla que se convierte en toda una superestrella, plagada de toda la parafernalia que conlleva la fama, algo que sabe manejar, y muy bien, Natalie Portman.
Desafortunadamente, el director nos quiere vender una idea sin sustento, digna de una cinta para televisión, todo lo contrario a Bohemian Rhapsody, de Bryan Singer, ya que en ésta, contamos con respaldo histórico de una de las bandas más emblemáticas de rock, sin que por ello estemos reconociendo un mejor trabajo fílmico, no, al contrario, sólo ubicamos la referencia por la similitud de ideas y la manera de rematarlas.
Estamos frente al relato de una historia que no aporta nada al cine, pero esto fue lo menos peor que se estreno esta semana. Corbet se llevó 110 minutos para llegar a nada; es un argumento que no nos muestra algo que desconociéramos o que nos pudiera llega a interesar, haciendo uso de diálogos que, intencionalmente, nos quieren imponer ideas con respecto a la visión que debemos tener sobre las actuales personalidades de la música y el espectáculo, pero lo único que consigue es remarcarnos algo que ya sabíamos de antemano.
Sabemos que los filmes biográficos no son fáciles de manejar, sobre todo cuando existe mucha tela de donde cortar y como darle un buen tratamiento, para que el espectador comprenda la trascendencia de la historia. Lo último que queremos agregar es: ¿En qué momento extravié 110 minutos de mi tiempo?, mejor dicho, ¿Cómo le hizo Brady Corbet para vendernos una historia de 110 minutos?
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