Somos Campeones, para revalorar nuestro papel en la vida
- cinefilosrincon
- 6 dic 2018
- 2 Min. de lectura

Marco Montes (Javier Gutiérrez), el segundo al mando de un equipo de basquetbol profesional, atraviesa por un estado emocional álgido; cualquier desavenencia podría motivar una reacción muy violenta y sin control.
Todo comienza cuando al estar estacionado en un sitio de cuota, rebasa los minutos autorizados, por lo que es sancionado con una multa expedida por una persona con capacidades diferentes, pero que, para Marco, no es más que una pérdida de tiempo, motivada porque el Estado utiliza a personas subnormales, lo que le da una excusa para romper la infracción.
Tras este incidente, Marco, durante un juego de su equipo, confronta al primer técnico por una diferencia en la estrategia deportiva, desembocando en una situación violenta, ameritando su expulsión de la cancha. Ante esto, y todavía con ánimo encendido, Marco se dirige a un bar a tomar unas copas, lo que inhibe sus reflejos para manejar, enfrascándose en un choque con una patrulla y su indiscutible traslado hasta un juez cívico, quien le impondrá una sanción que le obliga a cumplir con un trabajo comunitario; pena que le servirá para revalorar su percepción sobre las personas y su vida personal.
La cinta maneja un trasfondo muy humano, al reconsiderar la situación social que guardan las personas con capacidades diferentes, quienes, a pesar de sus limitaciones, tienen que luchar, al doble, por ser aceptados dentro del aspecto económico y laboral de la sociedad, lo que les mantiene en una situación aún más vulnerable.
Javier Fesser lleva a cabo una dirección muy limpia y profesional con personajes auténticos; personas que, a pesar de sus limitaciones, comprenden el sentido del filme, lo que los posesiona en una actuación muy natural, otorgándole al filme una mayor credibilidad.
La película lleva un buen ritmo y una coherencia magnífica, con una actuación muy profesional por parte del actor Javier Gutiérrez, quien muestra una gran naturalidad con su personaje de Marco.
A pesar de que al principio los diálogos y las actuaciones de los actores con capacidades especiales pudieran caer en un cliché muy al estilo de los personajes de Roberto Gómez Bolaños “Chespirito” o Eugenio Derbez, como Ludovico PLuche, la cinta retoma su paso y naturalidad, haciéndonos pasar un momento muy grato.
Vale la pena verla, no solo por las actuaciones, sino también por el guión, que brinda varios giros de tuerca para evitar los finales trillados y dulzones. Bien por el guión.
Yorumlar