El primer hombre, al puro estilo norteamericano
- cinefilosrincon
- 19 oct 2018
- 2 Min. de lectura

El ingeniero aeroespacial norteamericano, Neil Armstrong (Ryan Gosling), se encuentra en medio de la carrera por la conquista de la Luna entre la Unión Soviética y los Estados Unidos. Varios valerosos e intrépidos hombres tendrán que ofrecer su vida a cambio de la gloria por ver ondear la bandera de su país sobre la superficie de nuestro satélite natural. Para ello, sólo uno de estos hombres colmará las expectativas de los especialistas para ser el primer hombre que concrete semejante hazaña.
Damien Chazelle, nuevamente se monta en la cultura estadounidense, para realizar un filme que no hace más que desmitificar la posible teoría de que los Estados Unidos, y Hollywood, en específico, elaboraron todo un número para engañar al mundo entero de que ellos fueron los primeros en llegar a la Luna, dejando a la entonces Unión Soviética en la orilla de esta carrera espacial.
La cinta se enfoca en la trayectoria y personalidad del astronauta norteamericano Neil Armstrong, quien, a final de cuentas, fue el primer hombre en alunizar, dando por concluida la competición espacial entre ambas naciones, además de abrir las puertas para posteriores viajes a este satélite, así como a otros proyectos aeroespaciales.
Al igual que varias películas que hacen referencia a la conquista del espacio y sus riesgos, Chazelle realiza un manejo de cámara ágil y vertiginoso, complementándolo con close ups extremos, lo que le brinda una sensación de movilidad o acción, y así evitar que la cinta caiga en la monotonía, algo que sí ocurre en ciertos momentos, pero que a final de cuentas logra salir avante. Al mismo tiempo, busca despertar en el público la empatía con el personaje, resaltando aspectos de su vida personal y familiar que le hacen ver como un hombre muy humano y sensible, pero, a su vez, como un individuo firme y dispuesto a otorgar su vida por el país y, al mismo tiempo, por la humanidad.
La actuación de Gosling es sobresaliente, al igual que la música y la edición, por lo que podríamos pensar que, por estos aspectos, podríamos esperar alguna nominación en la próxima entrega de los premios Oscar.
Aunque para muchos el filme se cuenta por sí solo desde antes de entrar en la sala, para todos aquellos que no estén familiarizados con el tema les será sumamente larga y tediosa la película, por lo que no le deparamos buenos augurios en cartelera. Sería bueno que Chazelle se desenchufara de la cultura e instantes norteamericanos, ya que es una joven promesa en el arte de la dirección, lo que le evitaría el formar parte del club de los Spielberg – Abrams.
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