Upgrade, exquisita y sin hacer ruido

Tras un brutal ataque por parte de un grupo de maleantes, Grey Trace (Logan-Marshal Green) pierde a su esposa y él queda parapléjico, pero con un incontrolable deseo de venganza. Su vida está a punto de cambiar, cuando un multimillonario, y cliente suyo, le propone insertar en su cuerpo un chip inteligente que le transformará, sin saberlo, en un ser superdotado; en una máquina asesina.

Leigh Whannell, es el creador de guiones de películas innovadoras, pero esta es la primera vez que se pone detrás de una cámara, y lo ha hecho estupendamente.

Sin alejarse, del todo, del mundo contemporáneo, Whannell nos plantea la consumación de décadas y décadas de sueños, en los que el ser humano busca alcanzar su destino y supremacía con la ayuda de las máquinas, más que de la ciencia misma; un mundo utópico donde el confort y la riqueza estaría al alcance de la mano de algunas personas.

La historia podría estar conformada por otras ideas previas y relativas al mismo ideal, pero con un toque más fácil de asimilar, ya que el guión así lo permite, además de que los diálogos, así como la secuencia de escenas, son sumamente sencillas y de fácil asimilación.

La cinta no requirió de un alto presupuesto para su realización, ya que, en lo referente al elenco, los productores se aventuraron a contratar a un talento poco conocido, pero que funciona. Por su parte, la recreación de un mundo futurista está muy bien estructurada, ya que, como lo mencionamos al principio, nos encontramos en un mundo donde el avance tecnológico no requiere de grandes y complejas locaciones, al contrario, es recatado tan sólo en algunos aspectos como el transporte y el hogar, así como los sensores de vigilancia citadita, la cual ya es conocida en nuestros días

La película funciona porque en ningún momento se pierde la secuencia de la narrativa, permitiendo que el espectador se mantenga atento a la trama sin tener que recurrir a la reflexión o ilación de escenas; deja que el filme fluya por sí solo.

Asimismo, algo que agradecemos, enormemente, al director, es el muy bien llevado suspenso y ambientación, la cual nos remite a una ciudad que esconde sus vicios y debilidades en la oscuridad, prevaleciendo, siempre, una sensación de aislamiento y misterio.

La película bien podría ser, en algunos años, tratada por la crítica como de culto, ya que no requirió de una excesiva inversión y la experiencia que nos entrega se concreta a unos, muy disfrutables, minutos. Vale mucho la pena.