Mamma Mia 2, una cargada de nostalgia

Tras la muerte de Donna (Meryl Streep), Sophie (Amanda Seyfried) se prepara para la reinauguración del hotel que su madre atesoró con tanto cariño, para lo cual espera contar con las personas más allegadas a su familia, pero una serie de contratiempos podría poner en riesgo los planes de Sophie, quien atraviesa por un momentáneo distanciamiento con su novio y prometido Sky, quien, a su vez, se encuentra en la ciudad de Nueva York elaborando una sorpresa para ella.

En un ir y venir del pasado y el presente, la cinta nos remite al origen de cada uno de los personajes, pero siempre girando entorno a Donna, quien es, en realidad, la verdadera protagonista de la historia.

La pasión por la música del grupo sueco Abba vuelve a sumergirnos en aquel ambiente de nostalgia que tanto nos gusto en la primera entrega, pero ahora cargado con más sentimiento y entrega. Por otro lado, la inclusión de más personajes sirve para dar más forma a la trama, lo que nos ayuda a comprender el por qué la actitud de muchos de ellos, además de complementar la vida de los mismos.

Debemos reconocer que los productores de la película en ningún momento pensaron en crear el mejor de los musicales, y mucho menos una obra de arte, simple y sencillamente se concretaron en realizar un filme que rindiera un justo homenaje a la vida, al amor y a la libertad, y creo que lo lograron.