Cincuenta sombras liberadas
- El Rincón Del Cinéfilo
- 8 feb 2018
- 2 Min. de lectura
El episodio final de la versión cinematográfica de esta saga erótica deja mucho qué desear

Basada en la novela erótica de E. L. James, el director James Foley nos presenta a la consolidada pareja de Anastasia Steele (Dakota Johnson) y Christian Grey (Jamie Dornan), quienes mantienen la misma relación laboral, pero además son un matrimonio.
En las primeras escenas los recién casados nos muestran su extravagante luna de miel, visitando lugares paradisiacos y -como habrán adivinado- manteniendo los mismos gustos y juegos sexuales que los unieron... hasta que Jack Hyde aparece para acosarlos incansablemente, y junto con él otros problemas que pondrán a prueba la relación de los Grey...
Y ahora, pongámonos más serios: aunque las sagas eróticas llevadas al cine no son tan comunes -como hoy en día lo son las historias de superhéroes-, su argumento dramático posee mucha fuerza, empezando porque aún en la actualidad siguen existiendo muchos estereotipos, prejuicios y tabúes sobre nuestra sexualidad, que no generan más que miedo y desinformación, y tristemente esta película refuerza algunos de ellos.
Esto lo decimos, sin adelantarles mucho, por la forma en la que esta historia nos presenta (y resuelve) el conflicto ante la pregunta que toda pareja sexualmente activa debería hacerse: ¿Tendremos hijos?
Desde nuestro punto de vista, no hay mejor forma de combatir un miedo que abordándolo directamente, sin tapujos. ¿Por qué no hablar abierta e informadamente de sexo, del aborto, las enfermedades, el abuso y la violencia en torno a él, independientemente de nuestra postura? ¿Por qué no hacemos cine comercial que también nos eduque, aunque sea un poco... que nos invite a informarnos, a poner en tela de juicio nuestra moral? Lo que pedimos no es muy difícil, sobre el tema de la sexualidad existen obras importantes que en verdad nos hacen cuestionarnos: El imperio de los sentidos (1976), Luna amarga (1992), Lolita (1997), y tantas más...
Con un público claramente interesado, esta saga erótica del cine pudo arriesgarse más, invertir menos en las impresionantes locaciones y el lujoso vestuario de sus actores, pero sí un poco más en un mejor guión que nos dejara un buen mensaje. Pero bien, lo que se ve no se juzga.
Lo que se rescata de esta película es que los 145 min que la conforman se pasan como agua, porque tiene un buen humor y mantiene un ritmo muy ágil -que tal vez envidiarían algunas de las nominadas al Óscar-. Su soundtrack es simple, pero efectivo que retoma la canción principal que la definió, acompañada de escenas importantes de las entregas pasadas, algo que muy probablemente sus seguidores agradecerán.
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