El Pájaro Loco, demasiado previsible
- cinefilosrincon
- 25 ene 2018
- 2 Min. de lectura

Lance Walters (Timothy Omundson) es un abogado de la ciudad que se traslada, junto con su hijo Tommy (Graham Verchere) y su pareja sentimental, Brittany (Thaila Ayala), hasta un paraje situado en un frondoso bosque rodeado de montañas, para complacer a ésta última y construirle la casa de sus sueños. Los problemas se suscitan, cuando al arribar la maquinaria pesada que habrá de limpiar la zona, se topa con un árbol que alberga al único ser emplumado que es capaz de complicarle la vida a cualquiera que intente cambiar su placentera vida.
El vivaz y plumírrojo amigo, mejor conocido como Woody Woodpecker, entablará una férrea batalla contra los invasores, a través de travesuras que sólo él es capaz de maquinar, haciéndolos dudar sobre su obstinado proyecto de construcción y modificación del ecosistema.
Con muchos aspavientos en su producción, la primera versión en live – action de la simpática serie animada de televisión, conocida como El Pájaro Loco, la cual fue creada a finales de la década de los años 30 por el caricaturista y animador norteamericano Walter Lantz, pero cuya transmisión regular se hizo hasta 1972, es ahora una paupérrima imitación de lo que fuera un clásico de la industria televisiva a nivel mundial.
La falsa estrategia de adaptar a cine una de las más jocosas series animadas de los últimos tiempos es, para quienes crecimos con ella, una afrenta, que lo único que consigue, es remitirnos al simpático personaje original de aquella época, cuyas historias, a pesar de ser demasiado inverosímiles, nos abstraían, a tal grado, que hoy en día todavía podemos recordar los mejores episodios de la popular serie.
Armada con un argumento de lo más trillado, la cinta recurre a clichés tan obvios, que el propio espectador puede anticipar las consecuencias de las travesuras del plumífero amigo, quien llega, por momentos, a ser demasiado antipático y previsible, inclusive, hasta la característica risotada que tanto impresionó a su creador, resulta ser ramplona y mal confeccionada.
Esperemos que las nuevas generaciones de niños menores de diez años, cambien su perspectiva de la película, porque nosotros preferimos la serie animada, sobre todo, sus primeros episodios.
Comments