Historia de fantasmas, un poema visual

C (Casey Affleck) es un hombre joven cuando pierde la vida, dejando una dolorosa y profunda pena a su esposa, M (Rooney Mara). C se transforma en un fantasma usando la tradicional sabana, tan sólo para ayudar a M durante su transición de luto y a continuar con su vida, sin percatarse que él mismo se encuentra atrapado en un mundo al que ya no pertenece.

No debemos subestimar la trillada trama de la vida después de la muerte, la presencia sobrenatural de los muertos en el mundo material o la preservación del amor desde el punto de vista metafísico, ya que podríamos perdernos de versiones cinematográficas en verdad asombrosas.

Historia de fantasmas no es solamente una película de amor, -aunque el póster de la misma nos haría pensar lo contrario-. Estamos frente a un poema visual que nos brinda la posibilidad de reconsiderar nuestra postura sobre la vida y los seres amados.

Por otro lado, nunca hubiéramos pensado que un tema tan trillado pudiera ser abordado de la manera más simple y tradicional, en comparación con las grandes producciones hollywoodenses a que estamos acostumbrados, las cuales están plagadas de efectos y de cualidades que, en definitiva, ya no deben sorprendernos.

La manta con agujeros en la cabeza es la forma más rudimentaria que se conoce sobre la imagen de los seres incorpóreos, surgidos desde la imaginación infantil. David Lowery consigue dar un giro de 360° al argumento tradicional sobre fantasmas, y nos entrega en 92 minutos una conmovedora historia que podríamos disfrutar una y otra vez.