Un hombre gruñón, vivir aunque duela
- cinefilosrincon
- 13 jun 2017
- 1 Min. de lectura

Tras la partida de su esposa, Ove (Rolf Lassgard) un hombre de 59 años de edad retraído en su soledad, vive del recuerdo y de su mala relación con el resto del vecindario, por lo que decide partir de este mundo. Sus intenciones de suicidio fallan, pero no así su capacidad de cambiar su vida, cuando al lugar llegan nuevos vecinos; una pareja que está esperando un bebé y que por descuido destruye el buzón de Ove. Es así como comienza la transformación de este viejo gruñón.
Con una trama nada complicada, y hasta predecible, la cinta no deja de sorprendernos por la lección de vida que nos brinda, poniéndonos a reflexionar sobre la delgada línea que divide el fin de la existencia y el comienzo de ésta. Y no nos referimos, de manera literal a la muerte o la vida, no. Estamos frente a una película que confronta las debilidades y las fortalezas humanas, a través de historias que confluyen en un solo personaje.
El filme está lleno de amor y razón, apegándose por completo a la realidad de los seres humanos, quienes
lo único que buscan es la felicidad y un pretexto para seguir coexistiendo en este mundo. Sin duda, un argumento que mereció ser nominado a los premios de la Academia.
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