Huye, un thriller para pasar el rato

Chris Washington (Daniel Kaluuya), un joven de color, creyendo en el amor sincero de su novia Rose Amitage (Allison Williams), una bella señorita caucásica, acude a conocer a los padres de ésta en su casa ubicada en un apartado bosque. Su sentido común le indica a Chris que aquella reunión no puede salir nada bien, pero a pesar de ello se reúne con la familia de la chica. Ya allí, comenzará a experimentar el peor de los terrores psicológicos, sustentados en el racismo y en un pasado tortuoso.

Las primeras impresiones te remontan a un drama al estilo de ¿Sabes quién viene a cenar?, pero la jugada comienza a cambiar con un incidente automovilístico, lo que te hace suponer que podría tratarse de un episodio más de la serie Twilight Zone, pero continuas dando palos de ciego. Así que llegamos hasta la casa de Rose, y una vez allí, empezamos a experimentar la desconfianza de Chris, dejando que el suspenso poco a poco se vaya apoderando de la trama.

Definitivamente, la calidad interpretativa de los actores contribuyó para que el argumento de la cinta fuera de lo más verosímil, permitiendo que el sagaz crítico encontrará la hebra de hilo y comenzará a jalar y jalar y jalar, hasta pensar en la posible catarsis del thriller.

Lo que mejor utilizó el director es el poner de manifiesto que nuestros miedos y traumas bien pueden convertirse en un grillete, tan pesado, que igual puede ser la peor carga a lo largo de nuestra vida o la mayor experiencia que nos podría llevar a una transformación.

Aunque son pocos los momentos de comedia que actúan como descanso y complemento para la credibilidad de la película, no dejan de ser graciosos, lo que hace comprender que es un trabajo fílmico bien pensado hasta el último detalle, pese a que el final podría haber sido otro, lo que dejaría al espectador envuelto en dudas y en la suposición de que el bien no siempre triunfa. Pero con todo ello, es una buena inversión de tiempo.