Búmeran, un drama que nos confronta con el pasado

Cuando Antoine (Laurent Lafitte) desea darle a su hermana Agathe (Melanie Laurent) un regalo sorpresa de cumpleaños, llevándola a la isla de Noirmoutier, lugar que les vio crecer, pero que también fue el escenario de la misteriosa muerte de su madre, un aparatoso accidente automovilístico los someterá a un brusco cambio de planes y a la confrontación de su pasado, que incluye un doloroso secreto familiar.

Basado en la novela de Tatiana De Rosnay, este drama se presentó en el pasado Tour de cine francés, donde Francois Favrat, a través de su adaptación, pretende posesionar en el público la idea de qué haríamos si en nuestra zona de confort irrumpe una verdad que no sabíamos que existía, o si estaríamos preparados para la confrontación de una dolorosa realidad acerca de los seres que más amamos.

La trama nos hace recordar al último trabajo cinematográfico del desaparecido Stanley Kubrick, Ojos bien cerrados (Eyes Wide Shut), cuando una conjetura termina por convertirse en una obsesión y tortura, mientras que en Búmeran, una supuesta verdad, se convierte en un grillete que nos va mellando la sensatez o el raciocinio al tratar de comprender el origen de los hechos, transformándonos en un suculento manjar del masoquismo.