Un camino a casa cargado de emotividad

A los cinco años de edad, Saroo Brierley accidentalmente se extravía en las calles de su ciudad natal, Calcuta, por lo que al no encontrar otra manera de sobrevivir, permite que un matrimonio australiano le adopte y lo traslade a otra nación. 25 años más tarde, -utilizando un programa informático- el joven Saroo encuentra la ciudad y las calles donde solía transcurrir su infancia, y aunado a esto, los recuerdos que poco a poco van retornando a su mente con respecto a su familia original, por lo que decide ir en busca de ésta.

A pesar de parecer una película con un argumento poco atractivo, su realizador Garth Davis, hace de este trabajo toda una aventura, sobre todo en su primera mitad, cuando el pequeño Saroo (Sunny Pawar) logra captar la atención y simpatía del espectador, sin dejar de mencionar el excelente manejo de cámara, situándonos a la altura del protagonista.

Para la segunda mitad, la cinta cae en un momento de hastío, generado por la narrativa de las escenas previas a la catarsis, tomando en cuenta que el argumento está basado en un hecho real, para lo que se tuvo que reacondicionar algunos pasajes de la novela para hacerle más interesante, pero al final el filme recobra el interés del público Cinéfilo.

Las actuaciones de Rooney Mara y Nicole Kidman son esplendidas, sobre todo de Kidman, quien con este personaje consiguió otra nominación al Oscar por Mejor Actriz de Reparto.