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Fragmentado, Shyamalan da continuidad a una de sus primeras cintas

  • cinefilosrincon
  • 16 feb 2017
  • 2 Min. de lectura

Kevin Wendell Crumb (James McAvoy) es un paciente psiquiátrico que sufre de personalidad múltiple, -23 facetas para ser exacto-, de las cuales mantiene un énfasis en cuatro de ellas, que son las más importantes para comprender la progresión de su trastorno. Su lucha interna lo conducirá a una última personalidad, la cual es la más sanguinaria y violenta que las otras; una especie de Hannibal Lecter y Hulk.


Esto, por un lado. Por el otro, es muy importante el papel que juega la doctora Karen Fletcher (Betty Buckley) y la joven Casey Cook (Anya Taylor-Joy). La primera es la terapeuta que sirve de enlace entre las diferentes personalidades de Crumb y factor clave para comprender la evolución del padecimiento en cuestión. La segunda es una de las tres chicas secuestradas por Kevin al inicio del filme, quien debido a una experiencia personal, podrá entablar un fuerte nexo con una de las facetas de Kevin, permitiendo que el final sea diferente y con doble intención.


Para comprender el propósito de este realizador es necesario hurgar en su filmografía y sus personajes, ya que sólo así terminaremos por dar sentido a su último trabajo.


Pensamos que, tras el éxito obtenido por parte de varias franquicias cinematográficas relacionadas con la adaptación de cómics, el director indio-estadounidense, M. Night Shyamalan, tomó la determinación de dar continuidad a una de sus primeras películas, El Protegido (Unbreakable), del 2000, lo cual hace a través de un padecimiento psiquiátrico conocido como de Identidad Disociativa o Trastorno de Personalidad Múltiple, y lo realiza por medio de un thriller de terror; un género tan utilizado por este director.


James McAvoy cumple con el cometido de Shyamalan desde un principio, y lo hace por medio de las caracterizaciones del personaje, generando que el espectador poco a poco se vaya metiendo en la trama de la película.


Durante algún tiempo, la filmografía de Shyamalan fue perdiendo credibilidad e interés, lo que lo situó en el umbral de su carrera, siendo blanco fácil de la crítica. Varios de sus trabajos empezaron a caer dentro de lo absurdo y falta de penetración, haciendo que sus ideas no alcanzaran un punto álgido para convertirse en película. Al menos en esta ocasión sus argumentos parecen empezar a tomar tierra y podría estar dando una nueva perspectiva al viciado mundo de los héroes/villanos.




 
 
 

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