Animales nocturnos, la venganza también se lee
- El Rincón Del Cinéfilo
- 29 dic 2016
- 2 Min. de lectura

Basada en la novela Tony and Susan del escritor Austin Wright, la cinta desarrolla una metaficción, donde Susan Morrow (Amy Adams), una joven y bella mujer que vive todo el glamour que puede aportar un acomodado estilo de vida y un alejado marido millonario, recibe un ejemplar de la primera novela de su ex pareja Edward Sheffield (Jake Gyllenhaal). El libro plasma el deseo de venganza de un esposo que pierde a su mujer e hija a manos de psicopatas, pero que en realidad, es una marcada ira enmascarada en contra de Susan, quien sutilmente se ve envuelta en el argumento de la novela y empieza a recapacitar sobre lo perdido y el sentido de la verdadera felicidad.
Para quienes nunca han tenido un desamor, la idea que nos plasma en su película Tom Ford les parecerá algo original y descabellado, pero para aquellos que han experimentado la imperiosa necesidad de revancha ante un amor frustrado, posiblemente lo tomarán como algo absurdo e innecesario; algo tan ridículo como La Corrispondenza (Te amaré eternamente) de Giuseppe Tornatore, donde para llegar a una simple conclusión tienes que responder a tantos acertijos como encrucijadas.
Tom Ford se regodea en lo que el cree una muy buena idea para manejar los instintos humanos relacionados con la relación de pareja, y en donde el arrepentimiento de tu ex amante, es el más suculento bocado que reivindicará tu ego machista. Pero no todo está perdido. Debemos reconocer que este estilo de cine es un tanto complicado, sobre todo a la hora de la edición. Requiere de toda la concentración del espectador para comprender la trama de la película, ya que en uno de los tantos pasajes que se manejan puede caer en la frustración o el aburrimiento.
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